Patologías de evaluación según Santos Guerra: Reflexiones sobre sus implicaciones educativas

La evaluación es un proceso fundamental en el ámbito educativo, ya que permite medir y valorar los aprendizajes y competencias de los estudiantes. Sin embargo, como en cualquier disciplina, también puede presentar ciertas dificultades y desafíos.

Miguel Santos Guerra, reconocido especialista en evaluación educativa, ha identificado una serie de patologías de evaluación que pueden dañar su eficacia y equidad. En este artículo, exploraremos algunas de estas patologías y reflexionaremos sobre sus impresiones en el contexto educativo.

Hiperinflación evaluativa

Este fenómeno se refiere al exceso de evaluaciones que se aplican a los estudiantes, creando una presión excesiva y aumentando el estrés. La hiperinflación evaluativa puede llevar a cabo una mera acumulación de calificaciones, sin considerar la calidad de los aprendizajes o el desarrollo integral de los alumnos.

Efecto placebo evaluativo

Esta patología se produce cuando la evaluación no cumple su función real de medir el desempeño y el aprendizaje de los estudiantes, sino que se convierte en una mera formalidad sin consecuencias significativas. En estos casos, los estudiantes no ven la evaluación como una oportunidad de mejora y aprendizaje, sino como un trámite sin importancia.

Exclusión en la evaluación

Otra patología identificada por Santos Guerra es la exclusión de determinados estudiantes en los procesos de evaluación. Esto puede deberse a prejuicios, estereotipos o sesgos por parte de los evaluadores, lo cual afecta la equidad y la objetividad del proceso evaluativo.

Reduccionismo evaluativo

Esta patología se refiere a la tendencia de reducir la evaluación a la medición de aspectos cuantitativos o de conocimientos memorísticos, dejando de lado la valoración de competencias, habilidades y el desarrollo integral de los estudiantes. El enfoque exclusivo en la calificación numérica puede limitar la comprensión real del aprendizaje alcanzado.

Evaluación descontextualizada

Cuando se evalúa sin considerar el contexto en el que se desarrolla el aprendizaje, se presenta esta patología. La evaluación descontextualizada no toma en cuenta las características individuales, socioeconómicas o culturales de los estudiantes, lo que puede afectar la validez de los resultados y la equidad en la evaluación.

¿Cómo superar las patologías de la evaluación?

Santos Guerra propone algunas estrategias y enfoques para abordar y mejorar las patologías de evaluación marcadas. A continuación, se presentan algunas sugerencias basadas en sus propuestas:

Hiperinflación evaluativa: Para evitar la acumulación excesiva de evaluaciones, se recomienda planificar y distribuir de manera equilibrada las actividades de evaluación a lo largo del proceso educativo. Es importante priorizar la calidad sobre la cantidad, centrándose en evaluar los aprendizajes significativos y las competencias clave.

Efecto placebo evaluativo: Para evitar que la evaluación se convierta en una formalidad sin consecuencias, es fundamental que los estudiantes perciban su importancia y utilidad. Se deben establecer criterios claros de evaluación, proporcionar retroalimentación constructiva y establecer vínculos claros entre la evaluación y el proceso de aprendizaje. La retroalimentación debe ser personalizada, destacando los puntos fuertes y las áreas de mejora, para que los estudiantes puedan reflexionar sobre su propio progreso.

Exclusión en la evaluación: Para asegurar la equidad en la evaluación, es necesario tomar conciencia de los posibles sesgos y prejuicios y trabajar en su eliminación. Se deben establecer criterios de evaluación claros y transparentes, basados en evidencias y estándares, que no favorezcan a determinados grupos de estudiantes. Además, es importante diversificar las estrategias de evaluación para dar cabida a diferentes estilos y formas de demostrar el aprendizaje.

Reduccionismo evaluativo: Santos Guerra propone ampliar el enfoque de evaluación más allá de la mera medición de conocimientos. Se debe considerar la evaluación de competencias, habilidades y el desarrollo integral de los estudiantes. Esto implica utilizar una variedad de métodos de evaluación, como proyectos, presentaciones, debates y evaluaciones auténticas que reflejan situaciones del mundo real. Además, se debe fomentar la autorreflexión y la autoevaluación por parte de los estudiantes.

Evaluación descontextualizada: Santos Guerra destaca la importancia de tener en cuenta el contexto en el que se desarrolla el aprendizaje al diseñar y aplicar la evaluación. Esto implica considerar las diferencias individuales, culturales y socioeconómicas de los estudiantes. Es fundamental adaptar los criterios y las estrategias de evaluación para asegurar que sean relevantes y significativas para todos los estudiantes.

En resumen, mejorar las patologías de evaluación requiere de una planificación cuidadosa, criterios claros, retroalimentación constructiva, diversificación de métodos y consideración del contexto. Estas mejoras buscan promover una evaluación más equitativa, integral y centrada en el aprendizaje de los estudiantes.

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La evaluación es un proceso fundamental en el ámbito educativo, ya que permite medir y valorar los aprendizajes y competencias de los estudiantes. Sin embargo, como en cualquier disciplina, también puede presentar ciertas dificultades y desafíos.

Miguel Santos Guerra, reconocido especialista en evaluación educativa, ha identificado una serie de patologías de evaluación que pueden dañar su eficacia y equidad. En este artículo, exploraremos algunas de estas patologías y reflexionaremos sobre sus impresiones en el contexto educativo.

Hiperinflación evaluativa

Este fenómeno se refiere al exceso de evaluaciones que se aplican a los estudiantes, creando una presión excesiva y aumentando el estrés. La hiperinflación evaluativa puede llevar a cabo una mera acumulación de calificaciones, sin considerar la calidad de los aprendizajes o el desarrollo integral de los alumnos.

Efecto placebo evaluativo

Esta patología se produce cuando la evaluación no cumple su función real de medir el desempeño y el aprendizaje de los estudiantes, sino que se convierte en una mera formalidad sin consecuencias significativas. En estos casos, los estudiantes no ven la evaluación como una oportunidad de mejora y aprendizaje, sino como un trámite sin importancia.

Exclusión en la evaluación

Otra patología identificada por Santos Guerra es la exclusión de determinados estudiantes en los procesos de evaluación. Esto puede deberse a prejuicios, estereotipos o sesgos por parte de los evaluadores, lo cual afecta la equidad y la objetividad del proceso evaluativo.

Reduccionismo evaluativo

Esta patología se refiere a la tendencia de reducir la evaluación a la medición de aspectos cuantitativos o de conocimientos memorísticos, dejando de lado la valoración de competencias, habilidades y el desarrollo integral de los estudiantes. El enfoque exclusivo en la calificación numérica puede limitar la comprensión real del aprendizaje alcanzado.

Evaluación descontextualizada

Cuando se evalúa sin considerar el contexto en el que se desarrolla el aprendizaje, se presenta esta patología. La evaluación descontextualizada no toma en cuenta las características individuales, socioeconómicas o culturales de los estudiantes, lo que puede afectar la validez de los resultados y la equidad en la evaluación.

¿Cómo superar estas patologías educactivas?

Santos Guerra propone algunas estrategias y enfoques para abordar y mejorar las patologías de evaluación marcadas. A continuación, se presentan algunas sugerencias basadas en sus propuestas:

Hiperinflación evaluativa: Para evitar la acumulación excesiva de evaluaciones, se recomienda planificar y distribuir de manera equilibrada las actividades de evaluación a lo largo del proceso educativo. Es importante priorizar la calidad sobre la cantidad, centrándose en evaluar los aprendizajes significativos y las competencias clave.

Efecto placebo evaluativo: Para evitar que la evaluación se convierta en una formalidad sin consecuencias, es fundamental que los estudiantes perciban su importancia y utilidad. Se deben establecer criterios claros de evaluación, proporcionar retroalimentación constructiva y establecer vínculos claros entre la evaluación y el proceso de aprendizaje. La retroalimentación debe ser personalizada, destacando los puntos fuertes y las áreas de mejora, para que los estudiantes puedan reflexionar sobre su propio progreso.

Exclusión en la evaluación: Para asegurar la equidad en la evaluación, es necesario tomar conciencia de los posibles sesgos y prejuicios y trabajar en su eliminación. Se deben establecer criterios de evaluación claros y transparentes, basados ​​en evidencias y estándares, que no favorezcan a determinados grupos de estudiantes. Además, es importante diversificar las estrategias de evaluación para dar cabida a diferentes estilos y formas de demostrar el aprendizaje.

Reduccionismo evaluativo: Santos Guerra propone ampliar el enfoque de evaluación más allá de la mera medición de conocimientos. Se debe considerar la evaluación de competencias, habilidades y el desarrollo integral de los estudiantes. Esto implica utilizar una variedad de métodos de evaluación, como proyectos, presentaciones, debates y evaluaciones auténticas que reflejan situaciones del mundo real. Además, se debe fomentar la autorreflexión y la autoevaluación por parte de los estudiantes.

Evaluación descontextualizada: Santos Guerra destaca la importancia de tener en cuenta el contexto en el que se desarrolla el aprendizaje al diseñar y aplicar la evaluación. Esto implica considerar las diferencias individuales, culturales y socioeconómicas de los estudiantes. Es fundamental adaptar los criterios y las estrategias de evaluación para asegurar que sean relevantes y significativas para todos los estudiantes.

En resumen, mejorar las patologías de evaluación requiere de una planificación cuidadosa, criterios claros, retroalimentación constructiva, diversificación de métodos y consideración del contexto. Estas mejoras buscan promover una evaluación más equitativa, integral y centrada en el aprendizaje de los estudiantes.