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Este libro en su capitulo 1 aborda la diversificación de la evaluación propuesta por Francisco Gárate Vergara, este autor establece que para diversificar la evaluación se deben utilizar múltiples fuentes de evidencia, recolectadas en el tiempo, y pensar en el proceso y no en el instante. Es necesario visualizar el proceso como si fuera un álbum de fotografías y no solo una instantánea y, en razón de ello, utilizar diversas técnicas de recogida o de tomas fotográficas para obtener un sentido integral. Además, se debe implementar otras estrategias de manera que la enseñanza no se convierta en una actividad que enseña solo para la evaluación, pues eso sería calificación. La evaluación se constituye como un medio regulador de la enseñanza, que permite hacer ajustes a las ayudas pedagógicas que dará a los estudiantes en la construcción de conocimientos. Los ajustes a la diversidad de necesidades, capacidades e intereses del estudiante establecen las bases para una evaluación diversa, enriquecedora, formadora, contextualizada y transformadora.
El autor hace mención a las dimensiones de la evaluación que son diferentes aspectos del aprendizaje que se pueden evaluar de manera separada. En general, se consideran tres dimensiones principales: dimensión conceptual, dimensión procedimental y dimensión actitudinal.
La dimensión conceptual se enfoca en la comprensión de conceptos, principios y teorías. Esta dimensión se relaciona con el conocimiento y la comprensión de los contenidos que se están enseñando.
La dimensión procedimental se enfoca en la aplicación de habilidades y destrezas. Esta dimensión se relaciona con la capacidad de los estudiantes para aplicar los conocimientos adquiridos en situaciones prácticas y reales.
La dimensión actitudinal se enfoca en las actitudes, valores y emociones de los estudiantes. Esta dimensión se relaciona con la formación integral de los estudiantes y su capacidad para relacionarse con los demás y enfrentar situaciones emocionales.
Es importante destacar que estas dimensiones no son independientes entre sí, sino que están interrelacionadas y se complementan mutuamente. Además, se enfatiza en la importancia de utilizar diferentes técnicas e instrumentos de evaluación para obtener una visión integral del proceso de aprendizaje de los estudiantes.
Las dimensiones de la evaluación son relevantes porque permiten evaluar diferentes aspectos del aprendizaje de los estudiantes. La evaluación no se limita a la medición de conocimientos, sino que también se enfoca en la aplicación de habilidades y destrezas, así como en las actitudes, valores y emociones de los estudiantes.
La evaluación de la dimensión conceptual permite evaluar la comprensión de conceptos, principios y teorías, lo que es fundamental para el desarrollo de habilidades cognitivas y la adquisición de conocimientos. La evaluación de la dimensión procedimental permite evaluar la aplicación de habilidades y destrezas, lo que es fundamental para el desarrollo de habilidades prácticas y la transferencia de conocimientos a situaciones reales. La evaluación de la dimensión actitudinal permite evaluar las actitudes, valores y emociones de los estudiantes, lo que es fundamental para el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.
En resumen, la evaluación de las diferentes dimensiones permite obtener una visión integral del proceso de aprendizaje de los estudiantes y evaluar diferentes aspectos del mismo. Esto es fundamental para el desarrollo de habilidades cognitivas, prácticas, sociales y emocionales, y para la formación integral de los estudiantes.
Cada dimensión de la evaluación se puede evaluar utilizando diferentes técnicas e instrumentos de evaluación. A continuación, se presentan algunas de las técnicas que se pueden utilizar para evaluar cada dimensión:
1. Dimensión conceptual: Esta dimensión se enfoca en la comprensión de conceptos, principios y teorías. Algunas de las técnicas e instrumentos de evaluación que se pueden utilizar para evaluar esta dimensión son:
– Pruebas escritas: se pueden utilizar para evaluar la comprensión de conceptos y principios.
– Cuestionarios: se pueden utilizar para evaluar la comprensión de conceptos y principios, así como para obtener información sobre las actitudes y valores de los estudiantes.
– Mapas conceptuales: se pueden utilizar para evaluar la capacidad de los estudiantes para organizar y relacionar conceptos.
– Disertaciones y exposiciones: se pueden utilizar para evaluar la capacidad de los estudiantes para comunicar y explicar conceptos y principios.
2. Dimensión procedimental: Esta dimensión se enfoca en la aplicación de habilidades y destrezas. Algunas de las técnicas e instrumentos de evaluación que se pueden utilizar para evaluar esta dimensión son:
– Listas de cotejo: se pueden utilizar para evaluar la capacidad de los estudiantes para realizar tareas específicas.
– Pautas de observación: se pueden utilizar para evaluar la capacidad de los estudiantes para realizar tareas específicas y para obtener información sobre su comportamiento y actitudes.
– Rúbricas: se pueden utilizar para evaluar la calidad de las tareas realizadas por los estudiantes y para proporcionar retroalimentación detallada sobre su desempeño.
– Test de ejecución: se pueden utilizar para evaluar la capacidad de los estudiantes para realizar tareas específicas.
3. Dimensión actitudinal: Esta dimensión se enfoca en las actitudes, valores y emociones de los estudiantes. Algunas de las técnicas e instrumentos de evaluación que se pueden utilizar para evaluar esta dimensión son:
– Escalas de frecuencia: se pueden utilizar para evaluar la frecuencia con la que los estudiantes realizan ciertas acciones o comport
Finalmente este documento destaca la importancia de la evaluación formativa y la retroalimentación en el proceso de enseñanza-aprendizaje. La evaluación formativa se enfoca en el proceso de aprendizaje y busca identificar las fortalezas y debilidades de los estudiantes para poder ajustar la enseñanza y mejorar el aprendizaje. La retroalimentación, por su parte, es un elemento clave de la evaluación formativa, ya que permite a los estudiantes conocer sus fortalezas y debilidades, y les brinda información para mejorar su aprendizaje. La retroalimentación debe ser oportuna, específica, clara y constructiva, y debe estar orientada a mejorar el aprendizaje de los estudiantes. Además, se destaca que la retroalimentación no solo debe ser entregada por el profesor, sino que también puede ser entregada por los propios estudiantes, a través de la autoevaluación y la evaluación entre pares.
En coherencia con la normativa vigente se menciona que el Decreto N.º 67 de Normas Mínimas Nacionales sobre Evaluación, Calificación y Promoción del año 2018, establece que la evaluación debe ser diversificada y debe considerar múltiples fuentes de evidencia, recolectadas en el tiempo, para obtener una visión integral del proceso de aprendizaje de los estudiantes. Además, se enfatiza en la importancia de la evaluación formativa y la retroalimentación, y se establecen criterios para la promoción de los estudiantes. El decreto también establece que la evaluación debe ser inclusiva y considerar la diversidad de los estudiantes, y se enfatiza en la importancia de la participación activa de los estudiantes en el proceso de evaluación.
EDUCA CAECH es un Organismo Técnico de Capacitación con dedicación exclusiva a la Educación, orienta sus acciones a la satisfacción de las necesidades específicas de los diversos agentes del proceso educativo.
La evaluación es un proceso fundamental en el ámbito educativo, ya que permite medir y valorar los aprendizajes y competencias de los estudiantes. Sin embargo, como en cualquier disciplina, también puede presentar ciertas dificultades y desafíos.
Miguel Santos Guerra, reconocido especialista en evaluación educativa, ha identificado una serie de patologías de evaluación que pueden dañar su eficacia y equidad. En este artículo, exploraremos algunas de estas patologías y reflexionaremos sobre sus impresiones en el contexto educativo.
Este fenómeno se refiere al exceso de evaluaciones que se aplican a los estudiantes, creando una presión excesiva y aumentando el estrés. La hiperinflación evaluativa puede llevar a cabo una mera acumulación de calificaciones, sin considerar la calidad de los aprendizajes o el desarrollo integral de los alumnos.
Esta patología se produce cuando la evaluación no cumple su función real de medir el desempeño y el aprendizaje de los estudiantes, sino que se convierte en una mera formalidad sin consecuencias significativas. En estos casos, los estudiantes no ven la evaluación como una oportunidad de mejora y aprendizaje, sino como un trámite sin importancia.
Otra patología identificada por Santos Guerra es la exclusión de determinados estudiantes en los procesos de evaluación. Esto puede deberse a prejuicios, estereotipos o sesgos por parte de los evaluadores, lo cual afecta la equidad y la objetividad del proceso evaluativo.
Esta patología se refiere a la tendencia de reducir la evaluación a la medición de aspectos cuantitativos o de conocimientos memorísticos, dejando de lado la valoración de competencias, habilidades y el desarrollo integral de los estudiantes. El enfoque exclusivo en la calificación numérica puede limitar la comprensión real del aprendizaje alcanzado.
Cuando se evalúa sin considerar el contexto en el que se desarrolla el aprendizaje, se presenta esta patología. La evaluación descontextualizada no toma en cuenta las características individuales, socioeconómicas o culturales de los estudiantes, lo que puede afectar la validez de los resultados y la equidad en la evaluación.
Santos Guerra propone algunas estrategias y enfoques para abordar y mejorar las patologías de evaluación marcadas. A continuación, se presentan algunas sugerencias basadas en sus propuestas:
Hiperinflación evaluativa: Para evitar la acumulación excesiva de evaluaciones, se recomienda planificar y distribuir de manera equilibrada las actividades de evaluación a lo largo del proceso educativo. Es importante priorizar la calidad sobre la cantidad, centrándose en evaluar los aprendizajes significativos y las competencias clave.
Efecto placebo evaluativo: Para evitar que la evaluación se convierta en una formalidad sin consecuencias, es fundamental que los estudiantes perciban su importancia y utilidad. Se deben establecer criterios claros de evaluación, proporcionar retroalimentación constructiva y establecer vínculos claros entre la evaluación y el proceso de aprendizaje. La retroalimentación debe ser personalizada, destacando los puntos fuertes y las áreas de mejora, para que los estudiantes puedan reflexionar sobre su propio progreso.
Exclusión en la evaluación: Para asegurar la equidad en la evaluación, es necesario tomar conciencia de los posibles sesgos y prejuicios y trabajar en su eliminación. Se deben establecer criterios de evaluación claros y transparentes, basados en evidencias y estándares, que no favorezcan a determinados grupos de estudiantes. Además, es importante diversificar las estrategias de evaluación para dar cabida a diferentes estilos y formas de demostrar el aprendizaje.
Reduccionismo evaluativo: Santos Guerra propone ampliar el enfoque de evaluación más allá de la mera medición de conocimientos. Se debe considerar la evaluación de competencias, habilidades y el desarrollo integral de los estudiantes. Esto implica utilizar una variedad de métodos de evaluación, como proyectos, presentaciones, debates y evaluaciones auténticas que reflejan situaciones del mundo real. Además, se debe fomentar la autorreflexión y la autoevaluación por parte de los estudiantes.
Evaluación descontextualizada: Santos Guerra destaca la importancia de tener en cuenta el contexto en el que se desarrolla el aprendizaje al diseñar y aplicar la evaluación. Esto implica considerar las diferencias individuales, culturales y socioeconómicas de los estudiantes. Es fundamental adaptar los criterios y las estrategias de evaluación para asegurar que sean relevantes y significativas para todos los estudiantes.
En resumen, mejorar las patologías de evaluación requiere de una planificación cuidadosa, criterios claros, retroalimentación constructiva, diversificación de métodos y consideración del contexto. Estas mejoras buscan promover una evaluación más equitativa, integral y centrada en el aprendizaje de los estudiantes.